Un hallazgo que hizo historia
En 2009, en la mina de carbón de Cerrejón, al sur de La Guajira, paleontólogos encontraron restos fósiles que estremecieron a la ciencia: la Titanoboa cerrejonensis, la serpiente más grande que haya vivido sobre la Tierra. Su descubrimiento reveló que, millones de años atrás, esta región no era un desierto, sino un paraíso tropical lleno de vida.
Un depredador de dimensiones asombrosas
La Titanoboa alcanzaba entre 12 y 14 metros de largo y pesaba más de 1.100 kilos. Era tan larga como un bus y tan gruesa como el torso de un adulto. Su dieta incluía grandes peces, caimanes primitivos y cualquier criatura que se aventurara en los ríos de aquel ecosistema cálido y húmedo.
La Guajira, un bosque tropical en el pasado
El tamaño colosal de esta serpiente reveló algo más que su ferocidad: el clima de la Tierra hace 60 millones de años era mucho más cálido que el actual. La Guajira era entonces un bosque tropical exuberante, con ríos caudalosos y una biodiversidad que hoy solo podemos imaginar.
Ciencia, patrimonio y asombro
El descubrimiento de la Titanoboa no solo enriquece la paleontología mundial, sino que convierte a La Guajira en un referente para entender la evolución de la vida. Este hallazgo invita a proteger y valorar el patrimonio natural de Colombia, recordándonos que bajo nuestros pies puede esconderse la clave de historias que aún no conocemos.
La Titanoboa sigue viva en nuestra curiosidad, recordándonos que la Tierra guarda secretos tan impresionantes como cualquier leyenda.
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